La observación del lobo en la Montaña de Riaño
En la Montaña de Riaño, la observación del lobo como experiencia ecoturística se puso en marcha en el año 2011 centrada en el ámbito del Parque Regional de la Montaña de Riaño y Mampodre (por entonces Parque Regional de los Picos de Europa). Desde muy pronto tuvo una gran repercusión mediática impulsada por dos fuerzas hasta cierto punto contrapuestas. Por un lado, los recelos que la actividad despertó tanto en círculos conservacionistas, como en colectivos ganaderos, juntas vecinales y cazadores, fruto de la polémica intrínseca que envuelve a la especie. Y por otro lado, el apoyo que numerosos medios de comunicación y productoras internacionales brindaron a la actividad de ecoturismo en torno al lobo, al entender las profundas repercusiones socioeconómicas que podía tener para la comarca en un contexto mundial de crecimiento del interés del público por la naturaleza y los viajes de ecoturismo.
Todo esto contribuyó a la rápida difusión del producto de observación del lobo en la Montaña de Riaño entre el público especializado y los aficionados a la naturaleza, así como entre las agencias de viajes especializadas. Tanto fue así, que Riaño consiguió hacerse un hueco en un tiempo récord, de forma casi prematura, en el mapa mundial de destinos de interés para el turismo de observación de la naturaleza.
Sin embargo, el rápido crecimiento en el número de visitantes interesados en la observación del lobo, lejos de servir para aunar intereses y avanzar en mejorar la organización y la profesionalización de los servicios locales para cuidar la experiencia del visitante, lo que hizo fue aflorar las diferencias, la falta de coordinación y la inexistencia de una estrategia común compartida y apoyada por los colectivos locales y las distintas secciones de la administración implicadas en la gestión del territorio (medio ambiente, turismo, empleo, desarrollo rural, lucha contra la despoblación). En estas circunstancias, el camino para desarrollar el producto turístico en torno a la observación de la naturaleza se volvió arduo, complejo y difícil.
Proyecto piloto para el desarrollo de un modelo de gestión de la actividad de observación del lobo en la Montaña de Riaño
Afortunadamente, muchos aspectos han ido mejorando poco a poco en el tiempo transcurrido desde aquellos primeros compases. Pero permanece sin resolver un punto importante, que tiene que ver con el encaje de la actividad turística en el tejido económico y social de la comarca. En la Montaña de Riaño gran parte del territorio está catalogado como Montes de Utilidad Pública, cuyo uso y aprovechamiento está regulado por la Ley 43/2003, de 21 de noviembre, de Montes. En los Montes de Utilidad Pública la titularidad corresponde a las Juntas Vecinales pero el uso está abierto a la sociedad, hasta el punto que la propia ley promueve su papel como espacios en los que se debe facilitar el uso recreativo de la población. Al mismo tiempo, la Ley define la posibilidad de crear aprovechamientos para la explotación del monte con usos comerciales, y es aquí donde la actividad turística se queda en un limbo difícil de resolver. Esta situación supone un bloqueo importante para el desarrollo tanto de las actividades de observación de la naturaleza, como de todo tipo de experiencias de turismo activo que podrían convertirse en un motor económico para la comarca.
Es por este motivo, que desde el Plan de Sostenibilidad Turística en la Montaña de Riaño se ha apostado por diseñar un modelo de gestión de la actividad de observación de lobo que trata de encontrar un equilibrio aceptable y favorable tanto para las comunidades locales (representadas por las Juntas Vecinales), como para las empresas. Con esta finalidad, se ha puesto en marcha este proyecto piloto para el impulso de la actividad de observación de fauna en la Montaña de Riaño en base a un acuerdo de colaboración entre las Juntas Vecinales afectadas y las empresas de ecoturismo.
Con este proyecto piloto se pretende recabar información básica sobre la actividad de observación del lobo y evaluar su potencial repercusión económica directa e indirecta para la población local, contribuyendo así a mejorar el conocimiento de la actividad por todas las partes implicadas. Esta información, unida al testado del modelo de organización (en base a un convenio entre las empresas y las Juntas Vecinales) contribuirá a facilitar la toma de decisiones en torno a la gestión de la actividad. El fin último es resolver el conflicto existente en torno al encaje de las actividades turísticas en el entramado actual de actividades económicas en la Montaña, lo que debe llevar a un impulso del turismo con repercusiones favorables importantes para el futuro socio-económico de la comarca.
Sostenibilidad y conservación: una experiencia de ecoturismo
La observación del lobo en la Montaña de Riaño es una actividad de ecoturismo y como tal responde a la definición establecida para esta actividad en la conocida como Declaración de Ecoturismo de Daimiel de noviembre de 2016:
“El ecoturismo es el viaje a un área natural para conocerla, interpretarla, disfrutarla y recorrerla al tiempo que se aprecia y contribuye de forma práctica a su conservación, sin generar impactos sobre el medio y repercutiendo positivamente en la población local”.
La actividad de observación del lobo en la Montaña de Riaño se asienta, entre otros, en los siguientes principios:
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Prioridad de la conservación de la especie y el entorno natural frente a los intereses comerciales y económicos de la actividad turística;
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Impacto económico y social positivo a nivel local, a través de la creación de empleo local, el apoyo a los servicios y establecimientos existentes en el área más cercana a la zona donde se desarrolla la actividad, apoyo al consumo de productos locales, etc.
La actividad de observación del lobo en la Montaña de Riaño es una actividad sostenible que se realiza bajo estrictos parámetros ambientales supeditados siempre a los criterios de conservación establecidos por la dirección de los espacios naturales protegidos.
Más allá de la evidente relevancia biológica del lobo como pieza fundamental del ecosistema, el mero hecho de demostrar su importancia económica a través de su aprovechamiento ecoturístico constituye una forma muy poderosa de promover su conservación y ayudar a su gestión con criterios técnicos. Los observadores de naturaleza deben saber que al participar en las actividades de observación del lobo (u otras actividades de observación de la naturaleza) están contribuyendo de forma decisiva a la protección de la especie, la sensibilización ambiental y la conservación de la naturaleza en general.