La observación del lobo es una actividad que se realiza en alta montaña. Aún en mitad del verano, cuando el tiempo suele ser estable y soleado, con temperaturas agradables durante todo el día, conviene ir prevenidos ante el posible cambio repentino de la meteorología. Las nieblas no son raras a primeras y últimas horas del día, y los amaneceres y los atardeceres van acompañados de un marcado descenso de las temperaturas. Por todo ello hay que ir bien equipados, con ropa de abrigo en cualquier época del año.

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Se debe vestir ropa cómoda, de montaña, con calzado fuerte, tipo botas de trekking mejor que zapatillas de deporte. La ropa debe ser de colores oscuros y discretos.

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Es importante guardar un comportamiento discreto y silencioso en todo momento. Aunque las distancias de observación son siempre suficientes para amortiguar el efecto de nuestros movimientos y ruidos, los lobos son animales muy sensibles y de sentidos agudos, capaces de percibir nuestra presencia a larga distancia y actuar en consecuencia. Que no nos perciban como una amenaza es fundamental para el éxito de la experiencia.

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En las salidas guiadas, el guía es responsable tanto de nuestra seguridad como del resultado de la experiencia. Es por ello muy importante hacer caso a sus indicaciones en todo momento y mostrar una actitud colaborativa y respetuosa tanto hacia el guía como hacia otros posibles acompañantes en la salida de campo.

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